Árboles Singulares Lorera de la Trucha

El loro es un árbol superviviente de la Edad de los Dinosaurios; aparece raramente, en enclaves aislados en la Península Ibérica, Suroeste de Francia, Norte de África, Canarias, Azores y Madeira.

Se tiene constancia de su presencia en la Península Ibérica desde la Era Terciaria, cuando el clima era en ella mucho más cálido y húmedo que el actual, muy similar al clima subtropical

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Las loreras quedaron aquí acantonadas en unos pocos valles refugio, donde la presión humana durante milenios no ha llegado. En Alía, aún es posible localizar a estas formaciones, emparentadas con las famosas laurisilvas canarias.

Aquí se concentra la mayor parte de la población de la España peninsular. Aunque en el resto del Geoparque también se pueden encontrar algunos ejemplares, la mejor manifestación de la especie en su formación boscosa, la encontramos en la Garganta de la Trucha.

Aquí el Loro se encuentra en un  número superior a los 1500 ejemplares, forma un bosque de ribera mixto, conviviendo con alisos y junto a acebos, mostajos, durillos y madroños. La verdad es que pocos soñadores pueden encontrar los verdaderos tesoros de la naturaleza.

En la confluencia de dos arroyos, en la zona baja de la lorera, se localiza un madroño notable de unos 10 metros de altura y un tronco de 2,30 metros de perímetro, los loros alcanzan su máximo esplendor.

En apenas un cuarto de hectárea, el Loro aparece de manera monoespecífica, con alturas superiores a los 15 metros y perímetros de tronco de más de 1 metro a la altura del pecho. Se crea así un bosque muy umbroso, selvático, en cuyo sotobosque sólo pueden desarrollarse los helechos y donde podremos observar crecimientos acodados en los loros, algo típico en árboles tropicales, y muy raro en nuestras latitude