En los Interrogarorios de la Real Audiencia, en 1792, dice que en Alía «se halla un hospital en la dicha villa, solo con una dotación de diez y seis maravedies por cada testamento»
La calle que se llama «Hospital» nos da la pista definitiva para localizar este importante lugar. En casi todas las poblaciones había una casa de estas características. Su misión era recoger a enfermos y curarlos hasta donde alcanzaban sus posibilidades. Paraban pobres y vagabundos. Ocasionalmente también era utilizada por los viajeros que pasaban por la población y no encontraban otro refugio.
El hospital funcionaba con limosnas y patronazgos, o mandas, como en este caso, que por cada testamentos que se firmaba, una parte del impuesto que se pagaba, diez y seis maravedíes, iba para los fondos de la institución.